Los elementos que conforman Larguero no son ficción, se trajeron de otros lugares; algunas cosas de muy lejos, tanto que debieron cruzar el mar. No es el caso de los personajes variopintos de la trama, esos son todos literarios, hasta el narrador que suele delegar sus funciones en algún protagonista. Los sucesos y vicisitudes que se refieren, aunque no todos, igualmente son importados de lejanías, y hasta para llegar a Larguero debieron pasar aduanas.
Luego se reformaron, se recortaron sobrantes, se añadieron faltas y se les cambió el color para no ser identificados, resultando un relato no carente de interés para los lectores. La moraleja del cuento bien pudiera ser esta: ¿por qué no hay más pueblos como Larguero?
Tomen nota las autoridades, no se puede hacer un río, esos vienen hechos de origen, pero sí se puede llevar agua, electricidad y otros servicios esenciales a donde haga falta. Muchas poblaciones serían solo con eso tan dichosas como los largueronenses.