Jorge Brown nos dejó de una forma brutal y desgarrada. Con su muerte, escribió la última página de su dolorosa historia. Un adiós en soledad, en el denso silencio que envolvió toda su vida.
En los últimos meses, se le veía sin fuerzas, ahogado en un océano de lágrimas tras su mirada azul, ya lejana, como retirándose en silencio para avanzar hacia nuevos horizontes.
Viajero incansable, soñador, poeta, pintor del dolor y la belleza. Un ser de luz dotado de mil talentos oscurecido por las drogas, con las alas rotas, cubierto con el polvo de una tierra que no pudo entender y que, quizás, no lo supo acoger.
Se fue libre de equipaje, pero aquí quedaron sus obras. Su silencio, transformado en palabra, desvela sus secretos, sus luchas, su sabiduría y su terrible sufrimiento. Una historia que permite conocer también el lado hermoso de un joven que bajó al más brutal de los infiernos.