Durante el periodo más convulso de la historia de al-Ándalus, a principios
del siglo XI, en el momento de la desaparición del Califato omeya y su
disgregación en distintos reinos de taifas, un grupo de emigrantes bereberes
que huyen de las persecuciones de los fatimíes llega desde el Magreb a la
joven y próspera medina de al-Mariyya. Dejan atrás un pasado feliz, pero
que en el último año ha sido sacudido por numerosas desgracias familiares.
Junto a dos de los protagonistas, Ziyán y su hijo Thabit, se produce también el regreso a la ciudad de un comerciante almariyyí que ha completado el viaje de peregrinación a la Meca. Este viene acompañado de una joven bereber inconformista con la que se ha desposado durante el viaje de regreso.
Las vidas de los personajes recorrerán sus propios procesos existenciales, con el escenario de la brillante ciudad del sur, envuelta en la convulsa situación política y social con las disputas entre los últimos gobernantes de la cora y su transformación en un reino taifa independiente.
Por la novela pasarán también personajes imprescindibles en la historia de
al-Ándalus, como el historiador al-Udri, el sufí al-Rouayni, el polígrafo cordobés ibn Hazm, o el propio Jayrán al-amiri, primer rey de la taifa.
La realidad social de la mujer en el islam es el entramado por el que se mueve la vida de las andalusíes que protagonizan el libro. La lucha entre, por un lado, las estrechas ataduras que les impone la sociedad y la religión y, por otro lado, el ansia de libertad y de desarrollo personal de las más idealistas guiará las vidas de Jadiya, Aalima, Lamiisa, Saara, Fatma y otras como ellas.
Ziyán, un próspero camellero magrebí, encontrará dentro de sí mismo el
verdadero sentido de su existencia. Los miembros de la tariqa de Bayanna le
ayudarán en el proceso transformador de este de caravanero a sufí.
El hijo de aquel, un joven de catorce años que ha perdido a casi toda su
familia, intentará encontrar su lugar en el mundo y sus verdaderos sentimientos hacia Jadiya.