He aquí un libro prisionero que por fin ha dejado de serlo. Según Sanfélix llevaba mucho tiempo esperando ser liberado para mostrarnos todo lo que contiene, que es mucho. Se ha abierto el grifo, por fin, que deja correr, como el agua, un contenido muy sustancial, con mucho peso sentimental, con mucha esencia.
Escrito con un estilo de expresión propio, directo, que mezcla sutileza, ironía, sarcasmo, imaginación y no sé cuántas cosas más, para dejar salir a la luz sentimientos acumulados, reflexiones, agradecimientos, críticas, tributos, miradas, análisis o elogios. Para dejar salir lo esencial, la emoción. De esa que pone la piel de gallina. Y siempre a las claras, sin tapujos ni remilgos, metiendo el dedo en la llaga cuando hace falta o utilizando las palabras con suavidad y delicadeza cuando es preciso expresar amor, amor del bueno. Con una mirada y un sentir analítico, crítico y audaz que igual te arranca una carcajada que una leve sonrisa, que te hace abrir los ojos sorprendido y te obliga a releer, o te deja pensando y pensando sobre lo leído durante horas.
Según Sanfélix nos aporta lo que aporta su autor, contenido siempre valioso y absolutamente distinto a todo y a todos. Tanto en el qué como en el cómo. Y da con la clave: no dejarte indiferente. Como su autor ha hecho desde siempre con todo el mundo.
Roberto Rosalén Caparrós