Cuando tienes ganas de explicar muchas ideas, pero no te da tiempo o te bloqueas por un supuesto «protocolo social o propio del quedar bien», te salen nódulos en las cuerdas vocales. Comprobé que escribir en un blog era un gesto principalmente artístico y liberador y me permitía dibujar y
pintar mis pensamientos con poemas, historias o formatos variados. A ver si así también me ayudaba a eliminar los nódulos. Era también un lugar donde compartir y donde reflejar cómo me gustaría que fuera el mundo en el cual transito. Se convirtió, en alguna ocasión, en un espacio para decir aquello que pienso pero que no digo. He podido maquillar con letras y vestir con palabras ideas, sueños y pensamientos. Después del blog, vino la ilusión de poner todos aquellos textos recopilados en varios años sobre papel, porque todavía pertenezco a esas generaciones en las que los libros tienen su peso y su valor, y parece que plasmarlo en papel suponga una realidad más «tangible» y, por lo tanto, «más real» que la del formato electrónico (cosa que, quizás, es totalmente absurda). Así fue como decidí recopilar algunos de los textos que aparecen en el blog PLAZUELA DEL MEDIODÍA y quise dar a conocer una parte de mi particular mundo. Con esta recopilación aparece este libro, una puerta que se abre y un guiño a mí misma, para seguir riéndome y continuar, por qué no, inventándome alguna historia que otra.