CÍRCULO ROJO.- La propia Cristina Sánchez Botella defiende que ‘Poemas para un viaje’ no es un simple poemario, sino “un gesto de gratitud hacia quienes en algún momento hicieron parada y fonda a mi lado, o en mi misma, como peregrinos que dejan allí por donde pasan, un presente que puede ser tangible o un aprendizaje. Es una elegía a las suertes del camino”.
Aquellos que se sumerjan en esta obra encontrarán un libro diferente.
Los poemas van acompañados de fotografías, ilustraciones y dibujos de artistas. Un homenaje a la amistad y a esos “encuentros que son luz de cruce y que aportan sabiduría, alegría y experiencias”
Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar, tal y como explica la autora, “un viaje desde el Kilómetro 0, en el que eres concebido, con la memoria de un ADN ancestral. El paso de la niñez a la adolescencia, los primeros amores, “las estaciones Termini” del desamor y los errores, los encuentros de maestros en el aprendizaje, la memoria de amigos irremplazables y las señales parpadeantes de la intuición.
“Hay que atravesar los espejos, olvidarse de uno mismo y aprender a quererse, queriendo”.
“¡Hay que encender las ventanas del alma, saber mirar “
La autora nos relata porque elige el potro como guía o símbolo en el poemario
Alquilé una casa en las orillas del Atlántico., en el sur de Francia.
En ese prado cabalgaban “los Pottokas” que así se les llama en euskera, a los caballitos vascos. Una noche de una gran tormenta, el viento rompió la ventana, desordenó la habitación. Todos los poemas que tenía en mi mesa de trabajo, comenzaron a volar y los arrastró como una hojarasca por el valle. Los pottokas agitados, asustados se comieron aquellas hojas blancas llenas de mi …
A la mañana siguiente, estos caballitos se comportaban como perros mansos. Comenzaron a perseguirme, acudían a lamerme, y no querían separarse de mi ser.
Por la noche permanecían al lado de la casa recostados en la hierba como guardando aquella casa azul en la que fui feliz.
Se volvieron poetas. …
SINOPSIS
Nací desde el silencio, en el vientre de un universo que creía lejano
Fui gestando, se crearon mis órganos para ver, oír, tocar, oler, sentir…
Un día comencé a soñar y se poblaron mis hojas de pájaros locos,
de cuerpos desconocidos, paraísos…
Una mano vino como un arma de guerra para dar paz,
y dejó tatuado en mi piel;
«Voy a ser el niño que te lleve de la mano, voy acompañarte en tu noche triste, voy a reírme de mí, contigo. Puedo compartir habitación, no soy ocupa, me ocuparé de ti».
Méteme en el bolsillo de tu abrigo si hace frio, déjame acompañarte en tu café.
Si hace sol me llevas a una playa, si llueve, cobíjame en la gabardina azul de Paul Bowles.
Puedes llevarme de viaje, ya sabes, los poetas que me alimentan van por el camino de las baldosas amarillas, con sus perros románticos y sus gatos hipnotistas. Nunca pierden la esperanza, creen perdidamente en tu belleza.
Seré un espejo para ti
Puedes regalarme a quien ames, no te olvides, a quien ames de verdad.
Vine de un silencio
Solo soy un potro salvaje de papel.
AUTORA
Cristina Sánchez Botella
«Si fuera una extraterrestre y observara la tierra desde lejos, seguro que elegiría nacer en donde nací yo, una tierra blanca llena de huellas para detectives, el levante zumbón, un mar que te moldea el alma, el Mare Nostrum».
Es conocido que los niños enfermizos desarrollan mucho la imaginación, así que en mi salón cohabitaban Bach, Mahler, Beethoven, el espíritu de Nijinsky, Mark Twain y Jack London.
Desde muy joven, me han acompañado mis cuadernos de poesía. He escrito siempre, en todos los momentos de mi vida, ejerciera la profesión que ejerciera. De ahí nacen estos poemas, de mis viajes vitales.
Cristina Sánchez Botella, Alicante …
Estudió Arte dramático en la RESAD de Madrid y Dirección cinematográfica en EEUU y Centro de estudios Ciudad de la Luz.