Tess es una chica de pueblo, nacida antes del 75, la muerte de Franco, pero llegada a él más tarde.
Con tino desde que nació para compartir lo menos posible con gente autoritaria.
Aun así, el enemigo estaba en casa. Los discípulos, fieles y aparentemente listos de nuestro pasado, compartían y siguen compartiendo en su memoria los designios de un patriarcado, que cuando no se le obedece utiliza la violencia.
Al no poder rebelarse sin consecuencias, huye. Y su fuerte personalidad le hace luchar contra todo pronóstico. El de su propia creencia de un ser infinitamente inútil, inculcado a fuego por su padre.
En una época donde la música daba sentido a nuestra rebeldía, Tess se empapa de sus letras y comienza a encontrarle sentido y belleza a la vida.
Sin embargo, la lucha continúa. Y atesorando el cariño de sus amigos del pueblo, y de su primer amor, que permanecerá inalterable en el recuerdo, consigue abrirse camino en Zamora, donde encontrará más amigos que le salvarán de la ignorancia
adquirida. Pero también lobos con piel de cordero, que tendrá que desenmascarar intentando, como reza Sabina, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde, no valga la pena.