Antonio Marín (Úbeda, 1968). Es un buscador que, ya desde niño, sentía la llamada a investigar. Una fuerza poderosa lo desafiaba a descubrir algo que intuía grande, misterioso y oculto tras lo aparente. Fue un niño inquieto y polifacético. Ya en su juventud, a la vez que estudiaba la carrera de derecho, tocaba la batería en un grupo, volaba en ultraligero, trabajaba en el departamento de ventas de un concesionario de coches y no dejaba de hacer cosas con sus amigos continuamente.
Pero detrás de todo ello había una vocación por tratar de descifrar los misterios que nos envuelven a todos. Leía filosofía, física cuántica y libros de sabios de todas las tradiciones, en busca de la verdad y de una realidad final que, sin embargo, se le escapaba. Esa punzada en su mente no lo dejaba de retar.
Ya en su madurez, sigue con sus aficiones, como la literatura o los viajes en moto. Sin embargo, la búsqueda continúa inacabada, a pesar de los tesoros que ha ido encontrando. Este libro nace como
un tributo a los buscadores y como una forma de reivindicar su lucha. Antonio está en contacto con otras personas como él, que se reúnen de vez en cuando en parajes rurales de montaña a compartir sus experiencias y a escuchar a sus maestros. Sin duda, este mundo casi desconocido por el gran público está despertando cada vez más la curiosidad de muchas personas, abiertas a la posibilidad de descubrir una realidad completamente distinta a la comúnmente aceptada.