Al comienzo del siglo VII, las ideas del islam se abrían arrolladoras al mundo, al tiempo que uno de sus primeros seguidores, Ahmed, emprendía, sin proponérselo, una vida de aventura.
Los principios del islam fueron bastante turbulentos, a la muerte de Muhammad, los conflictos por su sucesión terminaron, en ocasiones, con el asesinato por conseguir su puesto, así ocurrió con algunos de los cuatro primeros sucesores del profeta (califato Rashidum).
Entre La Meca y Bagdad, el protagonista de esta historia sufre persecución, conoce la guerra, la muerte de seres queridos y la esclavitud.
Ahmed conoce la maldad de algunos hombres y la bondad de otros muchos, es traicionado, es tentado por el mal, pero en su vida solo hay dos objetivos: vivir su fe y reunirse con los suyos.
Es la historia de un hombre íntegro, volcado con la idea de servicio a los demás y cuya mayor virtud es, sin duda, la constante fidelidad a sus ideas y a sí mismo.
Se trata de una obra de fácil lectura, con una narrativa ágil que nos transporta de un lugar a otro sin perder en ningún momento la conexión entre los distintos lugares en los que se desarrolla la trama.