Miguel Lara (1967), educador social, y Rosa Burguera (1971), pianista, nacidos en Tarragona, forman un matrimonio con tres hijos y una banda musical de folk-rock llamada SAL150 desde hace treinta años. Hasta el fallecimiento de su hija Anna, y después de haber sufrido la muerte de su hijo Joan diez años atrás, solamente habían escrito las letras de sus canciones; pero a raíz de este trágico suceso, calificado de suicidio, sienten el deseo de poner palabras a todo el complicado proceso de duelo que estaban atravesando. Una vez más, se enfrentan a ese caótico desierto, y, «desnudándose» en un lenguaje directo y sencillo, nos narran en primera persona su experiencia con la intención de transmitir algo de esperanza en medio de este oscuro momento, donde abundan las preguntas sin respuesta.