Un día fui hija. No recuerdo si ese título
llegó con el momento de nacer o si ya
era hija cuando mi madre me gestaba.
Quizá ya era hija cuando tan solo era una
célula en el cuerpo de mi abuela mientras
gestaba a mi madre. Lo cierto es que
olvidé que era hija en el momento que me
independicé de mis padres.
Un día fui madre. Determiné que llegaba
al gran trabajo de mi vida ignorante e
inexperta. Entonces recordé que un día
fui hija; de hecho, lo sigo siendo y lo
seré toda mi vida. Esto me llevó a vivir la
maternidad desde la empatía y la conexión
que la infancia merece.
Me licencié en pedagogía y me especialicé
en formación de adultos y organizaciones:
máster en Educación y Nuevas Tecnologías
y coach integral (programa ACTP por
ICF). Pese a que he estado en formación
continua toda mi vida adulta, el mayor
aprendizaje lo he realizado gracias a mis
tres hijos.
Y de la conjunción de estos hechos, gesté
este libro, mi primer hijo de papel.