Nací en Santander, Cantabria, y comencé mi vida literaria a los once años, cuando empecé a escribir poesía, a la vez que descubrí mi amor por la lectura. Aunque mi principal enfoque era escribir poemas, llegué a ganar en 2008 el concurso nacional de cuentos Tertulia Goya, y cuatro años más tarde el accésit del Premio José Hierro de Poesía y Relato Breve de Santander.
Actualmente, con 31 años, me dedico a la sanidad, rescato perros y lo que me pongan delante, y continúo estudiando y escribiendo como forma de sanación.
Hace unos años fui diagnosticada con trastorno del espectro autista; debido a esta «maravillosa y difícil forma de ser», y a otras circunstancias ocurridas a lo largo de mi vida, me resulta duro exponerme a otras personas; es por eso que aprecio tanto la poesía, porque para mí supuso un lenguaje cómodo e idóneo para expresar mis sentimientos en momentos en los que yo no pude, o no quise, hablar porque sabía que no iban a entenderme.