Mariela Yúfera Sánchez nació en 1963 y creció en su Barcelona del alma, sin olvidar que su sangre es murciana. Conoció la enseñanza de las religiosas y, por suerte, descubrió su infancia feliz en el Colegio Americano, donde no solo aprendió otro idioma, sino también el valor de vivir y dejar vivir. Este extraordinario giro que dio su vida siempre ha sido motivo de agradecimiento a sus padres.
Con trece años creyó en los milagros cuando escribió su primer poema. Fue participando en certámenes literarios, recibiendo premios que la contagiaron de la pasión por las palabras.
En los ochenta, residiendo en Murcia, inició sus estudios de pedagogía, pedaleando con ilusión entre la ciudad y su playa. Dejó aparcado el título para continuar con su carrera mercantil, que sigue desarrollando. Le interesa la psicología desde el enfoque humanista, le apasiona la práctica de la medicina tradicional china por su ancestralidad. Lo que más le gusta es abrazar a sus hijos, y su hobby es ver amanecer.
Le nace escribir, lo necesita. Lo hace sobre el compromiso, la solidaridad, el amor… y sobre lo que no se ve, pero ella percibe. Es la poesía, la palabra, lo que le permite acercarse a lo positivo, para que la vida le sea más razonable y, sin lugar a duda, abrazarla.