Este libro es de un alma que quiere ayudar sin ser conocida.
Todo el que lo lea tiene que ser llano, para que os podáis dar la mano unos a otros como hacen los hermanos, el pan, el saludo, el abrazo, el amor y el agua para que la tierra pueda seguir girando.
Sin poder superar su muerte, terribles palabras para algo tan duro y al mismo tiempo maravilloso; la muerte solo es nacer para vivir y disfrutar de esos seres queridos que en el cielo están. Morir bien es nacer, y morir mal es vagar, y entonces sí que la muerte no se puede superar, porque se queda entre nosotros y no nos pueden hablar. Qué dura es la muerte si no se les puede ayudar, por no llevar en las manos nada que les pueda dar paso para ser libres y podernos ayudar.
Bendita muerte superada cuando ellos nos pueden hablar.