Caótica nace de la necesidad de soltar lastre, pero no hubiera sido posible sin aquellos que me acompañasteis en el proceso.
Gracias a mis padres por haber puesto las herramientas a mano desde niña. Gracias a quienes os subisteis a la barca conmigo a señalarme las bolsas que más pesaban. Gracias a los que llegasteis a ensuciaros las manos por deshacernos de ellas y a los que tuvisteis el valor de agarrar las mías para saltar.
Gracias a ti, por haber llegado hasta aquí. Por acompañarme en este proceso, por conocerme un poquito más y por darme la oportunidad.
Gracias infinitas Inés, Elisa, Enrique y Emilio. Por tomaros el tiempo de leer, comentar y completar este libro con el cariño que lo habéis hecho. Sin vuestra ayuda no hubiera sido lo que es. Y al equipo de Círculo Rojo por la paciencia, los consejos y el trabajo realizado.
Gracias a quienes sois, siempre, luz. Y a quienes aceptáis convivir con la sombra.