Por temor a un ataque yihadista, el general Viruela Lebrón decreta el estado de sitio en La Legión. Los legionarios se quedan incomunicados en Monte Rojo, sin móviles ni Internet. Solo la escritura manuscrita será el único me dio que tendrá Sebastián Gargallo para comunicarse con el exterior.
Íñigo Urrutia escribe las cartas para la novia de aquél. Una maratón de emociones se le viene encima en cuanto comienza a escribir esas cartas repletas de intrusismo y vehemencia, contándole a Catalina, con las palabras de un poeta, la verdadera historia de la mujer de ojos verdes.
¿Se cumplirá la profecía anunciada ante Don Pedro Ynogedo, escribano de Sus Altezas, en la magna Villa de Valladolid, el día 31 de diciembre de 1500?«…Después de mil años mi sangre reinará nuevamente en Almería.»
¿Y qué hubiera hecho Dios, y Santa Teresa de Jesús? ¿Habrían dejado de escribirle a Catalina porque fuera la novia de un hermano?