Un encuentro casual en un restaurante inglés, en Bloomsbury, junto a la Plaza Russel, entre un prejubilado español y un aristócrata inglés, propicia una tertulia que se desarrolla a lo largo de varios encuentros y lugares diferentes. En esas conversaciones se contrastan puntos de vista, muchas veces convergentes, y de forma trasversal, sobre diversos temas, desde la prehistoria de Inglaterra hasta acontecimientos acaecidos en la India en los últimos tiempos de su vinculación colonial.
La salida del Imperio romano supuso el inicio de la Edad Oscura. Con la ausencia de una crónica escrita, la oscuridad fue iluminada por mitos y leyendas, hasta la evangelización por Veda El Venerable y los primeros monasterios de la Iglesia de Roma, cenobios muchas veces destruidos por razias de saqueo de clanes escandinavos. Debido a ello, la imaginación rellenó el vacío con personajes y leyendas como la Tabla Redonda, Merlín, etc., hasta la entrada de las primeras invasiones sajonas; pero, para entonces, el subconsciente colectivo ya había interiorizado una realidad paralela, la irrealidad que habita en la penumbra (fantasmas, espectros, etc.), cuya influencia podemos ver en su literatura y en su manera de crear la realidad, imaginándola.
Paralelamente, a lo largo del relato, la voz de un narrador omnisciente va desgranando anécdotas, personajes y acontecimientos, que iluminan situaciones inevitables de la historia de Inglaterra. El propio Juan Viar, nuestro prejubilado español, en sus visitas a las hemerotecas y museos, complementa, con voz propia, puntos de vista, descubriéndonos un mundo, cuando menos, peculiar.