La religión católica constituye sin duda la referencia más habitual
en el cine de Luis Buñuel, así como una de las cuestiones que
el cineasta siempre tuvo presente a lo largo de toda su vida. Es
precisamente esta conexión entre su obra cinematográfica y las
vivencias personales, la educación y el entorno social en el que
transcurre su existir, lo que se analiza en un primer lugar, para dar
paso a la crítica que esa religión le produce por su carácter represor,
tanto para el logro de una mayor libertad o justicia social como en
un plano más personal, para la satisfacción del deseo, y ello junto
al efecto nocivo que mayormente se deriva de sus actos. Se pone de
manifiesto cómo se trasladan estas ideas a su cine y la presencia en
el mismo de los distintos elementos que caracterizan a esa religión,
desde las figuras de Cristo o la Virgen, la oración, sacerdotes,
ceremonias… hasta las tentaciones, el pecado y el diablo.
En una segunda parte se detallan los diálogos e imágenes en los que
se alude a la religión católica en cada una de las películas, seguido de
la valoración que suscitan, su relación con la doctrina de la Iglesia o
con variadas referencias culturales, su conexión con otras obras del
autor y las manifestaciones de este sobre su propio trabajo.
Al final, lo que se pone en evidencia es que la personalidad de
Luis Buñuel, con su humor, contradicciones, afán de libertad o
dudas, se integra en un cine radicalmente distinto por múltiples
circunstancias, pero radicalmente coherente, en el que convive la
crítica a la institución de la Iglesia católica junto a la comprensión
y afecto hacia sus representantes en la Tierra, alejado de cualquier
dogma y haciendo del misterio el centro de nuestra existencia.