Hoy estamos en una época de mensajes confusos y mitos
que responden a ideas interesadas. En los últimos años se ha
buscado el beneficio personal e inmediato dejando abandonado
el interés colectivo. El conservadurismo es una doctrina que
tiene siglos de historia y buen hacer, principalmente en Gran
Bretaña. En España no tenemos esta tradición política, en
parte, por los avatares vividos. En estos momentos impera la
acción populista de cambiar para atraer al ciudadano hacia
ideas mal concebidas, erráticas y carentes de continuidad. Los
conservadores buscan la verdad sin complejos respetando la
tradición que nos ha hecho prosperar.
El conservadurismo se basa en la convicción de que lo bueno
es fácil de destruir y difícil de crear; la falacia actual es la
modernidad mal entendida, que, en vez de ayudar a construir
un mundo mejor, ha incrementado paulatinamente el poder
del Estado limitando nuestros derechos y libertades heredadas.
Es fundamental la existencia en cualquier país democrático
de un partido conservador con principios perdurables y no
con ideas que se cambian al son del momento; por ello, el
mal de hoy es tener partidos de derechas en la búsqueda
obsesiva del centro como un viaje interminable al que nunca
se llega, porque el centro es equidistancia, se mueve siguiendo
la estrategia de los partidos de la izquierda parlamentaria.
Ser conservador hoy es un ensayo que da una visión actual
de los conservadores frente a otras doctrinas: las de la nueva
izquierda o el liberalismo. Defendiendo al conservadurismo
como la mejor opción en defensa de la libertad, la educación
y la economía.