Este libro narra la historia y las vivencias ocurridas en un barrio de la sierra de Javalambre, por el cual todos los cerezan@s sentimos un gran sentimiento y un querer puro y verdadero, ya que es el que nos acogió cuando al mundo vinimos; nos ha visto crecer y soñar, ha sido el testigo más fiel de nuestros mejores y peores momentos, pero, sin duda, en Los Cerezos uno se convierte en el más feliz del mundo.
Porque la verdadera felicidad no tiene precio. Es la que es entregada por esos vecinos nobles, humildes e inmensos por los que siento gran aprecio; por mis abuelos, ese calor tan necesario para crecer totalmente feliz, ya que me han trasmitido lo más grande la vida: unos valores y unas enseñanzas. Son los que me han hecho querer de verdad a este barrio, porque, aquí, ellos crearon sus raíces, y también las anclaron, y eso para mí tiene un significado muy especial. Gracias a ellos se dibuja esa sonrisa que lo demuestra todo.
Además, cabe destacar que en este barrio tenemos lo más grande, a San Antonio de Padua, que nos cuida desde el momento que nacemos, nos guía, nos protege y nos concede todo lo que necesitamos. También tenemos personas ilustres, bellezas naturales dignas de visualizar y una gastronomía para los paladares más exigentes. Por eso tengo claro, muy claro, que este es mi lugar en el mundo, porque aquí tengo lo más grande, lo que más quiero y he querido en la vida.