La corriente incesante del río reúne una selección de poemas estructurados en tres partes, en los que evidencio mi estrecha relación entre la poesía y la vida. Es un testimonio vital, sentido y profundamente humano, de mi trajinar con la realidad, donde los grandes temas cobran especial sensibilidad y madurez según avanza el texto.
Es un encuentro conmigo misma, desde las grandes y pequeñas cosas, buscando la equidad y la belleza. Poesía confidente, sincera, natural, cotidiana que surge desde el amor y el dolor y que ama la paz.
La poesía es en sí misma una liberación y un acto de amor. Nada me libera más que amar para aislar al miedo, y, desde la bondad, sé que la libertad no es para mí, sino mía. Como escribe la divina Gloria Fuertes en su poema Prologuillo: «Esto no es un libro, es una mujer».
Y muy especialmente, es una dedicatoria con total agradecimiento a quienes me inspiraron, aún sin saberlo, a vivir escribiendo. Animo a todas las personas que creen que no pueden, que no saben, y quieren escribir, a que lo hagan. Lo que sea. Como sea. Es la felicidad de la pura existencia.