Nacido en Pamplona, Miguel Pejenaute no tiene precedentes literarios, pero sí un cierto bagaje de experiencias personales que trata de exponer en este relato. Viajero en su momento en busca de situaciones atípicas, recorrió durante un tiempo el norte de África -una de sus “curiosidades” fue atravesar trescientos kilómetros de desierto a bordo de un “600” hasta llegar al entonces Sáhara español-, se adhirió después al pujante movimiento hippy y acabó finalmente en Sudamérica, donde anduvo diez años de un país a otro a la búsqueda de hechos más allá de los límites convencionales de la mente. Allí entró en contacto con distintos círculos de trasfondo esotérico, colaborando con ellos y siendo testigo de fenómenos paranormales, siempre enmarcados en terrenos tanto del ocultismo como de lo que ha dado en llamarse magia negra. Algunos de dichos fenómenos –obviamente novelados- quedan reflejados en la presente obra. Sólo al lector corresponde sacar sus propias conclusiones.