Basada en hechos reales ocurridos el siglo pasado en las Portillas de Padornelo (Zamora), un enclave de gran belleza natural, solitario y frecuentado por lobos todo el año. Evoca la vida en Campamento de Santa Bárbara, un pueblo construido para albergar a los trabajadores del conocido como Túnel Doce, el de mayor longitud que existe aún hoy en España, de vía convencional. Trata de gentes curtidas por un clima inmisericorde que un día soltaron el arado para trabajar como mineros manipulando dinamita.
Las obras duraron veinticinco años. Coincidieron con un período agitado de la política española, con cambios de régimen, una
república, una guerra civil y obstáculos de todo tipo que hicieron temer que las locomotoras nunca llegarían a cruzarlo. En los
años cuarenta, en plena posguerra, causó gran revuelo la llegada de sendos contingentes de reclusos. Se trataba de mano de obra esclava que redimían parte de la pena mediante el trabajo. Los presos eran en su mayoría intelectuales, hombres de letras que no habían desempeñado trabajos similares con anterioridad.
La novela que el lector tiene en sus manos contiene episodios de gran dureza, pero incluye también pinceladas divertidas de
aquellas gentes que sabían disfrutar sus ratos libres de los placeres de la vida. Las familias que residieron en Campamento atesoran recuerdos entrañables de sus vivencias en aquellos parajes tan rústicos y remotos que los han acompañado el resto de sus vidas.