Tras un larguísimo periodo sin trabajo como actor, Enrique se pone en manos de un nuevo representante, que ya tiene lista su inscripción en un casting para una ambiciosa serie televisiva. Él inicialmente lo ignora, pero la principal creadora de la serie es Susana, una vieja amiga y actriz de prestigio con quien, por pura casualidad, se encuentra por la calle justo el día antes de la prueba. Parece que la suerte de Enrique podría empezar a cambiar por fin…, y así es. O quizá no tanto. Al cabo de dos semanas de tensa espera, le comunican que el trabajo es suyo, y el que le han asignado es nada menos que el papel protagonista, el de un prestigioso magistrado que lleva una macabra doble vida. Mientras que en el set de rodaje se van grabando los capítulos, en la ciudad se empiezan a producir asesinatos con la marca de un nuevo asesino en serie que ha creado su propia firma. Los participantes en la producción, con Susana al frente, empiezan a encontrar inequívocas similitudes entre el argumento de algunos capítulos y el comportamiento del criminal, pero ¿cómo es posible? y, sobre todo, ¿quién podría…?
Relatar más a partir de este momento sería desentrañar en exceso los vericuetos argumentales por los que seguirá desarrollándose esta novela de intriga, y eso es mejor que lo haga el lector, que sin duda disfrutará yendo hacia donde la trama lo lleve.
Lo único que podemos decir con certeza es que (casi) nada es lo que aparenta. Pero ya sabemos que los actores fingen ser lo que no son, ¿verdad?