«No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada».
Mateo 10:34-36
Galicia, año 1943.
Un país desolado por la guerra intenta reconstruir la poca dignidad que le queda.
No hay belleza sin castigo, por lo que los habitantes de esta tierra tendrían que pagar un alto precio por el simple hecho de vivir en la cuna favorita de algún Dios.
La historia que este humilde trovador os va a relatar, no es la historia de banderas ni ilusiones creadas por el hombre. Os voy a relatar la historia de Charles, un ser insignificante en lo relativo a la creación. Una persona que tuvo que vivir de primera mano ese castigo impuesto desde los cielos y llevado a cabo por el hombre.
Una historia de amor, sangre y venganza.
Un relato escrito desde la oscuridad de los días.
Unas páginas teñidas de la sangre de los inocentes, de la voz de los olvidados.
La historia de la vida nos contempla desde el trono más alejado de la cordura.
Una cordura que se perdió en la eterna batalla entre el hombre y la tierra.