Curación a través del espíritu de Dios sin medicamentos ni substancias vegetales.
Somos un espíritu que vive dentro de nuestro cuerpo. Y la meditación es la
energía que alimenta nuestro espíritu.
La meditación es el maestro que enseña al espíritu a curarse a sí mismo, a curar
los demás, a predicar, a profetizar, a deliberar.
Si Dios es su palabra, la meditación, en su palabra, es hablar con él, con su
espíritu, con su mismo ser.
¡Un nuevo libro de ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola que nos
interesa a todos! Pues ¿quién es el que puede decir de sí mismo que está
totalmente sano?
Las enfermedades físicas, los males anímicos, van cada vez más en aumento.
Nuevas enfermedades incurables hacen estremecer a la humanidad.
El que sea espiritualmente abierto, el que eleve su conciencia hacia Dios,
reconoce con gran agradecimiento la verdad:
Las enfermedades tienen su causa en una forma de pensar incorrecta.
El dominio de los pensamientos es dominio de la vida. El que cambia sus
pensamientos y su vida hacia lo positivo, alcanza alivio y curación.
La salud espiritual conduce a la curación de los males orgánicos. La curación
únicamente a través del espíritu de Dios es posible.