CÍRCULO ROJO.- ‘Un cuento para no dormir’ se dirige especialmente, como bien expresa Ángel Escribano, su autor, “a los que sufren, han sufrido o sufrirán depresión, también va dirigido a la sociedad que pretende vivir de espaldas a la realidad, una cruda realidad como es la depresión y la muerte, tan asociadas a veces. También va dirigido a algunas personas que marcaron un antes y un después en la literatura, el arte y la cultura, son pequeños homenajes a Federico García Lorca, Miguel de Cervantes, Camarón…”
Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras del autor, “la tristeza de la soledad, la verdad de la muerte y la realidad de la depresión. Y también amor en unos cuentos que le harán perder el ritmo del corazón, como si el sístole y diástole ya no fueran jamás al mismo compás”.
Él mismo Ángel destaca “la facilidad que tiene para hacerte sentir parte de ella, es decir, en cada cuento, en cada relato el lector puede sentir que es el protagonista de todo, logra poner al lector en un lugar que tal vez jamás imaginó y le hace ver cada historia desde un punto de vista único”.
SINOPSIS
Tenía los ojos abiertos, soñando sueños imposibles de alcanzar; mis pies estaban a un palmo del suelo, aquel palmo era la distancia entre mi vida y mi muerte. Mi corazón aún latía y en mi boca había un sabor amargo, a sangre derramada, a poesía, dolor, llanto y pena. Era preso de mi amor desbocado, de mis sentimientos acallados por amores contrariados. Mis pies, a un palmo del suelo, y mis ojos abiertos, decían todo lo que no tuve valor de decir jamás. Yo me estaba muriendo y el mundo giraba indiferente a mi muerte. Tal vez pase por esta vida sin dejar mancha alguna, pero tampoco dejando huella; el nudo me ahorcaba y me mataba lentamente, pero lo que más dolía era mi alma errante, porque ella sabía que estaba condenada a vagar sin rumbo. Mis ojos estaban abiertos, llorosos, melancólicos, y un sueño profundo me invadió de repente. Ahí fui consciente de que por fin podría dormir para siempre, pero no podría descansar jamás.