Mi nombre es Ana Julia Palomeque Ortega, tengo treinta y tres años y soy fisioterapeuta de profesión. Aunque a priori no tenga nada que ver con el mundo de las letras, desde siempre me ha gustado mucho la lectura.
Además, era una profesión, la de escritora, que tenía en mente desde muy pequeñita, cuando me dedicaba a componer, o por lo menos lo intentaba, aquellos pequeños relatos cortos y totalmente imaginativos en la máquina de escribir de mi madre. No obstante, con el paso de los años, y aunque se me daban muy bien las asignaturas de Lengua y Literatura en el Instituto Castilla, me fui inclinando por el
mundo de las ciencias sanitarias. Hasta que decidí compaginar mi trabajo en el centro de Fisioterapia que tengo con la escritura de este libro. Y es que, gracias a mi padre, que publicó hace unos meses su original novela Andanzas y correrías del Condesito de Castilla, me entró a mí también esa inquietud y ese empeño por la escritura. ¿Y qué mejor forma de hacerlo?
Porque, aun habiendo nacido accidentalmente en Madrid, me siento muy orgullosa de mi familia, de mi identidad… y, por supuesto, de ser de Guadalajara.