Francisco Herrera Fernández, Perito Industrial por la Universidad de Málaga, ha desarrollado su vida laboral en diferentes sectores del automóvil: transporte, consultoría y fabricación de vehículos y componentes; las empresas con las que ha mantenido sus relaciones han sido las principales marcas de automóviles en Europa y Japón. Todo ello le ha permitido conformar una amplia y sólida idea de los requisitos que sobre procesos, y su control, son de aplicación en el sector del automóvil y, por extensión, en el mundo de la industria.
Las funciones en las que trabajó han estado relacionadas con la ingeniería industrial, ingeniería de la calidad, fabricación y gestión de la calidad. Dentro de este abanico de actividades empezó aplicando el Control Estadístico de Proceso (SPC) a finales del 1967; desde esta fecha ha tenido la oportunidad de implantar y utilizar el SPC en gran número de productos y procesos. En esta actividad ha sido parte muy importante la formación impartida en todos los niveles de una empresa, lo que le ha permitido difundir, compartir y cruzar el conocimiento de esta técnica para la gestión de los procesos. Esta acción formativa también la ha podido aplicar en el ámbito universitario ya que durante quince años ha sido el coordinador de la asignatura de Ingeniería de la Calidad del Máster en Automoción del INSIA. Durante este período de tiempo el Control Estadístico de Procesos ha estado siempre presente en sus clases. Resultado de todas las actividades de formación ha sido el diseminar el SPC en un importante número de personas de todas las áreas funcionales de una compañía.
En el ámbito de la consultoría ha tratado el diseño estratégico y se ha especializado en el control y mejora de los productos y procesos por medio de las herramientas y técnicas asociadas a la calidad. Su constante, en estas relaciones con sus clientes, es la satisfacción de los requisitos para la calidad y la reducción de costes por eliminación de inspecciones y fallos, junto a la mejora, de toda índole, que provoca el tener la menor, y mejor, variabilidad en las características de los productos y procesos.