El lector tiene en sus manos un libro que relata unas formas varias de afrontar las vicisitudes de la vida, de estilo bien diferente, en muchos casos, al tratamiento que actualmente se da a esos usos relatados.
No ha sido intención del autor poner en valor los usos y costumbres de otros tiempos. Simplemente se sitúa en la presentación de unas formas de entender la vida que hoy, en el siglo XXI, nos puede llegar a sorprender. La valoración privada del lector le corresponde únicamente al mismo.
El título del libro, En aquel tiempo, ya anuncia la ausencia de límites temporales en que queda inmerso su relato. En buena lógica abundan en el libro las circunstancias costumbristas de los tiempos más cercanos a la realidad, pero sin agotar su extensión a usos medievales o a formas de comportamiento humano incluso anteriores a esa edad.
La comparativa axiológica se hace inevitable en el pensamiento del lector, que de esta forma se correlaciona con el contenido de la circunstancia relatada.
En ocasiones se repiten comentarios comunes. Ello es debido a que estos encajan en distintos apartados de la obra, haciéndose necesario volver sobre ellos para fortalecer el comentario que se está tratando en cada apartado.
Antes, en aquel tiempo. Ahora, en este tiempo. En definitiva, historia.