Gabriel Gayán viaja a Fuentes de Béjar para volver a abrazar a su abuelo Eusebio, llevando en su maleta la vergüenza por la larga ausencia.
A su llegada, el deseado reencuentro se hará esperar por el miedo al rechazo del anciano y por los sangrientos sucesos que se vivirán en el viejo hostal.
Deberá entonces apoyarse en Beatriz, la enfermera que cuida a su abuelo en la residencia, para lograr superar sus propios muros. Y para resolver el mis terio de los viejos papeles encontrados en la habitación del hostal, donde el pasado del antiguo edificio grita su lamento a través del tiempo.
Llanto acompañado por el sonido animal de los locos del sanatorio mental y el de las furtivas pisadas de los oscuros doctores, acompasados por ecos de la Guerra Civil y el rasgueo del pintor nazi sobre el lienzo blanco.