(Im)posturas verbales es mi primer poemario. Mi prosa poética. Como forma de contar el mundo. Al menos el mío. Un poemario relatado y muy vivido. Ese que siempre quise hacer para reunir y recoger todas las notas que escribí y que algún día dije a alguien. O lo intenté. Ahora quiero que no quede en eso.
Estos son los poemas que encierran y cuentan la vida que vivo, entre trampas y miedos a raudales. Con mis traumas. Con mi urgencia por querer. SER.
Con el pánico y la incertidumbre de quien sueña por encima de sus posibilidades.
Es un empujón al vacío. Sin coraza. Sin más querer que quererlo todo.
Este primer poemario de versos sueltos y reflexiones ha sido la calma y la cura de quien escribe frente al frío que a veces implica vivir. Y querer.
Un libro donde recojo los escritos esbozados y perfilados durante más de 10-15 años, volcados en reflexiones, experiencias y desvaríos varios. Diarios. Temas recurrentes, cotidianos, que simbolizan el amar, el vivir. El pensar, el querer. Yo me he dejado llevar y fluir. O eso he intentado. Os lo prometo. Escribí todo lo que me nació, me quemó y me salió de dentro.
Así es como me enfrento a los versos que quiero que cuenten. Historias.
Y así lo he volcado en el recopilatorio de escritos que he recogido en este primer poemario «de versos» que nace desde la vida que me empuja a seguir creyendo en un FUTURO lleno de ESPERANZA. En todas sus vertientes.
Escribir como vía de escape.
La poesía, también. O su prosa más poética.
Como catarsis frente al mundo.
Con todo esto vengo. Ahora más que nunca. Convencida de que sigue siendo urgente Sumar del verbo Vivir. Con todas sus (im)posturas verbales.