Ana, la susurradora líder de los arevaceos, conoce a Chouis en las montañas del Oso mientras escapa de los zoelanos. Pronto entabla una gran amistad con los «hombres de barro», el clan de su nuevo amigo, donde se encuentran los pocos neandertales puros que, a duras penas, sobreviven: «los últimos hombres fuertes».
La historia transcurre en el Paleolítico Superior, cuando los neandertales —en la novela, ucusus— comienzan a extinguirse, al mismo tiempo que los sapiens se establecen en sus territorios ancestrales. Pero en algunos casos se produce la unión de ambas especies humanas, dando lugar a los «susurradores».
Esta es la apasionante historia de uno de esos pueblos mestizos que intentan sobrevivir al acoso de los sapiens —en la novela, oshacus—. Pero también, en cierto modo, es una narración actual, al tratar temas candentes, como la xenofobia, la igualdad de género, la imposición de creencias o el respeto a natura. Todo ello bajo la relación mágica, porque en la actualidad se ha perdido, entre hombres y animales, entre la madre tierra y todos sus hijos, todos nosotros.
Aunque se trata de la segunda parte de Por la senda de Tumut, la lectura de Los últimos hombres fuertes se puede hacer de forma independiente y atrapa al lector desde el primer momento.
Un canto a la natura y a las relaciones humanas.
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