Os voy a hablar un poco de mí. Nací en Jerez de la Frontera, una ciudad que me ha hecho sentir orgullosa siempre por las actividades culturales, el arte ecuestre y el olor de las bodegas paseando por las calles.
Me considero una chica muy soñadora, con sueños muy realizados. Tuve una familia ejemplar, con nuestros defectos y contras, pero felices. Mi madre fue el pilar de mi vida y me educó con buenos principios. Puedo contaros que tuve una infancia con mucho cariño, muy arropada por mi familia, con una vida muy desahogada de media clase. No me podía quejar, pues mi madre se encargaba de que no me faltara de nada, dentro de sus posibilidades; pero, eso sí, a mi hermana y a mí nos educó con mucho esmero, sin faltarle a nadie el respeto, mostrando humanidad ante cualquier necesitado, incluyendo los animales, que son parte de la vida misma. Eso sí, yo era caprichosa y mimosa. En mi adolescencia tuve muchos admiradores a mi alrededor. Eso me hacía dudar y no me enamoraba de nadie. Quizá ese fue el motivo, que no me atraían. Y me perjudicó, pues me halagaban, incluso sin yo echar ni cuenta. Cada uno de mis admiradores venía entusiasmado, con detallitos muy curiosos, incluso me sentía mimada por ellos, me hacían sentir como una diosa. Cada uno de ellos me llenaba de elogios por donde iba, pero ni cuenta me daba. Quizá a raíz de eso tuve muchos tropezones en mi vida, y así pasaban los días, los meses y los años.
Hice mis pinitos con el teatro y la publicidad, haciendo anuncios en el cine, y como modelo de fotografía, incluso estuve un tiempo colaborando de técnico dental con un dentista y de modelo de una fábrica de ropa, durante mi estancia en México. Después desarrollé mis dotes poéticos, que descubrí dentro de mí años antes, de jovencita. Fui Reina de la Poesía en mi ciudad natal y musa de un poeta muy reconocido en Jerez, Don Diego Campoy Miró, y mi padrino fue el conde de los Andes. Ellos me influyeron y motivaron a no dejar de escribir. Don Diego, gran poeta y periodista, incluyó alguna poesía mía en su libro Mis pasos por la noche, por lo que me sentí privilegiada.