En la actualidad existe un renacido interés en la exploración e investigación de la Luna. De hecho, en un futuro próximo se quiere volver a pisar la Luna, y a más largo plazo se quiere colonizar nuestro único satélite natural, así como explotar sus recursos naturales. Aunque podría parecer que la Luna es un cuerpo celeste inerte y anodino, nada más lejos de la realidad. En efecto, es un astro fascinante y misterioso, que todavía guarda importantes enigmas geológicos por resolver. En particular, es la clave para la comprensión de los procesos fundamentales que perfilaron la formación y primera evolución de los planetas rocosos en el Sistema Solar, en particular el nuestro, la Tierra. Sin océanos ni atmósfera, ni vegetación, lo primero que verán los futuros astronautas en la Luna es su geología.
¿Cómo se formó? ¿Cuál es su estructura interna? ¿Qué rocas se encuentran en su superficie? ¿Cómo se formaron las montañas de la Luna? ¿Por qué presenta una dicotomía topográfica y composicional entre la cara oculta y la cara visible? ¿Qué tipo de volcanismo hay en la Luna? ¿Por qué hay cuevas y qué importancia tienen? ¿Qué caracteriza los paisajes lunares? ¿Qué trabajo geológico hicieron los astronautas que pisaron la Luna? ¿Tiene campo magnético? ¿Qué curiosidades encierra su campo gravitatorio? ¿Hay agua? ¿Por qué hay tanto interés en volver? Estas son solo algunas de las preguntas a las que se trata de dar respuesta en este libro, estructurado en sesenta breves capítulos o píldoras geológicas y apoyado en decenas de fotografías y diagramas. En resumen, la Luna es un análogo de la Tierra primitiva; por ello, conocer su geología resulta tan apasionante, no solo para los expertos, sino para el público curioso en general.