Santi Murillo nació en Jaraicejo (Cáceres), pero, a los pocos días, sus padres lo llevaron a la dehesa de San Marcos, donde vivió y estudió hasta los trece años y donde disfrutó de la infancia más feliz que un niño pueda tener. Después se fue a estudiar a Sevilla, a un colegio salesiano, y posteriormente a vivir y seguir estudiando en Madrid.
Fue pionero de la informática, cuando los grandes sistemas funcionaban con fichas perforadas, y con ella disfrutó muchos años, a pesar del estrés. Ha vivido y trabajado la mayor parte de su vida en Madrid, pero también en Australia y Perú, hasta su prejubilación, volviendo a sus raíces extremeñas.
Tiene nacionalidad hispano-australiana. Su pasión es la música, toca el violín como aficionado y canta en un orfeón; además, sigue aprendiendo en la Universidad de Mayores de Plasencia, mientras no deja de disfrutar de su otra gran pasión: viajar.