Las innovaciones científico-tecnológicas, puestas en el mercado por las empresas, introducen cambios sociales profundos, duraderos y sin retorno; así, en algunos pueblos se conservan los lavaderos, pero, en general, se utilizan las lavadoras… ¿Qué decir de volver al tam-tam, la columna de humo o la paloma mensajera… disponiendo de un smartphone 4G?
No ocurre algo parecido en el campo organizativo de la Sociedad; como el personal -opino- no ande “listo”, le convencen de que elija una solución de los males presentes consistente en retomar teorías sociales ya fracasadas (conservando, en principio, las lavadoras y los móviles)
En fin, que el autor -yo mismo- opina que los avances científicos y tecnológicos (uno de los motores de cambio y aumento de la productividad) ganan por goleada a la innovación organizativa social y a la evolución humana.
De forma que propongo dedicar unos ínfimos recursos a desarrollar el Diseño Organizativo de la Sociedad (DOS) o Diseño Social que busca construir equipos pluridiciplinares de personas expertas en herramientas robustas para… ay… intentar “crear” con una metodología contrastada (superando a “Comité, Intuición y Creencias”); ¿Cómo tienen la cara dura de proponer reformas sociales de calado, sin una simulación pública y comprobable, razonablemente bien hecha?. Por favor, ideólogas /os, no olviden a Mencken: “Para todo problema complejo, hay una solución clara, simple e incorrecta”.
Si después de ojear estos apuntes, tiene la intención de adquirir un ejemplar e incluso de acometer la lectura del mismo, es muy libre de intentar hacerlo, allá usted; personalmente, apostaría porque no podrá leer línea tras línea, hasta el final; vamos a ver… ¿por qué escribo esta
sinopsis?. No obstante lo anterior, me parece perfecta su valentía, si bien considero que el riesgo es escaso.