Nací en Madrid, ciudad testigo de parte de mi infancia, adolescencia, juventud y madurez. En la franja de edad de la juventud descubrí un interés por los procesos vitales de los seres vivos, y esto me llevó a estudiar Biología. Más tarde, completé estos estudios doctorándome en esa disciplina por la Universidad de Valladolid. Ya en esos años de estudiante universitaria empecé a encontrar en libros y revistas recetas de brioche, o simplemente por el boca a boca, para después llevarlas a casa, realizarlas, probarlas e incluso convertirlas en nuevas, fabricando mis propios manuales culinarios. Lo que empezó como un entretenimiento se ha convertido, hoy en día, en una enorme afición por la cocina, y en concreto por trabajar con masas que tienen vida propia, ya que podemos cuidarlas, moldearlas y convertirlas en piezas que sirvan para recrear nuestra vista y paladar.
Para adentrarme en este mundo nuevo para mí y poder ejercitar mis tareas he tenido que aprender muchas técnicas. Para ello he realizado varios cursos, tanto de fabricación del pan como de repostería y pastelería; cursos que muchas veces realizaba en el tiempo libre que me dejaba mi trabajo, que consistía en hacer ciencia en diferentes laboratorios de distintas ciudades; cursos largos en el tiempo y muchas veces duros porque había que presentar las tareas prácticas en un tiempo limitado, y eran difíciles de compaginar con mi profesión. Pero todo este sacrificio ha merecido la pena, y lo volvería a realizar.