Desde pequeño he tenido la afición de escribir historias, sobre todo narrando situaciones de mi vida, mis estudios, mis amigos, o mis viajes, apuntes que he ido conservando sin ninguna finalidad, simplemente escribir por escribir.
Este es mi primer trabajo en serio, el relato de una historia cuyos orígenes vienen nada menos que del año 1524. Contar cinco siglos de la vida de un monasterio no es tarea fácil, y más cuando, por circunstancias de los tiempos, se han perdido muchos datos de interés.
Mi relación personal con la vida de este monasterio comienza cuando me hice novio de la que hoy es mi esposa. En su familia hay dos tías paternas que han vivido su vocación en este convento. Comencé a conocer sus vidas a través de los años, en las visitas que con frecuencia realizábamos y el desarrollo de la relación familiar. Así, mis lazos con la familia trinitaria quedaron marcados en mi interior.
Y siguiendo esa costumbre de escribir que tengo, un buen día se me ocurrió la idea de investigar en el tiempo y escribir la historia de este monasterio tan querido en nuestra ciudad. Hace tres años me puse a trabajar en el proyecto, pero este quedó aparcado por falta de datos. Hasta que un día observé que estaba llegando una fecha importante, la celebración de 500 años de vida de esta orden religiosa.
Movido por esta circunstancia, me puse manos a la obra y, buscando y rebuscando, me fui encontrando con una documentación interesante que me animó a seguir con esta obra y poder llevarla a su final.