Hola. Si te has atrevido a dar la vuelta al libro para leer esta falsa sinopsis espero que no haya sido por el barquito. Si lo tuyo son los veleros, siento decirte que estas doce historias que tienes en tus manos transcurren en tierra firme. Lo siento, la vida es dura.
Pero si lo que te llama la atención es el título, quizá sea porque escondes alguna psicopatía, una manía inconfesable, un sueño que alguna vez tuviste y no has podido olvidar, una crispación incontrolada o, qué se yo, ganas de asesinar al vecino que todos los días está hurgando en su buzón; entonces es posible que hayas encontrado tu próxima lectura.
No prometo nada, aquí no hay superhéroes, sino gente sencilla con histerias corrientes; gente que transmite emociones y lo mismo te hace soltar una lágrima que esbozar una sonrisa. Ese es el objetivo de cualquier libro, ¿no? Y si no te diviertes, al menos puede que te sorprendas con la cantidad de errores tipográficos que se cuelan en un ejemplar de autoedición como este: cien por cien artesano y con etiqueta de stop a la IA.
Si has acudido a la presentación y quieres leerlo, pero tu economía es precaria y no puedes darte el lujo de comprarlo, hoy es tu día de suerte: el tipo que lo escribió, ese del pelo blanco que sonríe en la foto de la contraportada, no andará muy lejos. Ármate de valor y pide que te lo regale.
Él puede hacerlo.
Y lo hará.