Puedo pretender ser puro en mi irrelevancia y confesarme con tento pues, más que a la chita callando, de puntillas y gastando menos ruido que el gato andando, éste que tiene usted en las manos es mi segundo libro publicado -que yo lo adeudo, pero lo pago- a poco que usted en pródiga y liberal largueza se enrolle como Dios manda y lo compre. Puede luego echarse el moco de benefactor y mecenas, que no seré yo quien le desdiga. Pero, además, sepa usted que por el módico precio que por él pague, se va a llevar una colección lo más variopinta de sujetos que echarse a la cara pueda uno, y que pululan sueltos y a su aire por las amenas páginas de estas historias sorprendentes.
Difícilmente habrá usted mejor gastado unos pocos euros en su vida. Palabrita del niño Jesús.