Nadie, absolutamente nadie vuelve a ser igual que antes, después de caer en lo más profundo de su pozo. Nadie vuelve a ser igual después de haber pasado infinidad de noches llorando desconsoladamente con un llanto imposible de calmar, como el de un niño muy pequeño al que le han roto su juguete favorito, mientras intenta sonarse con un pañuelo y a la vez le tiemblan las manos.
Desde las oscuras profundidades de la depresión y la ansiedad surge una voz, transformando el dolor en palabras. Un dolor que se convierte en arte y una vulnerabilidad que se transforma en fortaleza. Un espacio donde la oscuridad y la luz se entrelazan en un baile literario, arrojando un rayo de luz, esperanza y comprensión a aquellos que no lo tienen.
Invito a mis lectores a un viaje de sanación, conocimiento y alivio. Encontrarás una historia de lucha, esperanza y resiliencia. Únete a mí mientras exploramos los rincones más oscuros de la mente y descubrimos juntos la luz que siempre estuvo dentro de nosotros.