“ÉL”
“La historia de una amistad”, tal como se subtitula “ÉL”, resume el encuentro defnitivo de un comunista con Dios. El dilatado seguimiento del marxismo como única forma razonable de justicia social llevó al autor a plantearse porqué ese modelo económico no arrastraba defnitivamente a los trabajadores hacia una batalla defnitiva contra el capitalismo en su forma extrema o fascista de neocapitalismo. Fue ante esa realidad de intentos fracasados, tantas veces heroicos, que el autor concluyó en la necesidad de introducir en el marxismo un espíritu trascendente que culminara la realidad total del ser humano. En este punto, Álvarez-Solís emprendió un largo diálogo con Cristo en el fondo de su alma para buscar la senda que convirtiera su meditación comunista en una comprensión absoluta del hombre y de la mujer como custodios de una herencia que debía ser asumida y enriquecida desde un plano que superase la mecánica económica socialista para ponerla al servicio del ser integral, constituido por materia y alma. El autor cuenta en su relato que fue el 18 de julio del 2015, celebración de su ochenta y seis aniversario, cuando se dirigió a Cristo en un total acto de entrega para poner su afán colectivista a los pies del Galileo con una frase que preside su estudio desde entonces: “¡Que fácil es olvidarte y qué difícil es que Tú nos olvides!”. A partir de ese momento fueron naciendo unos sencillos poemas -él no se considera poeta- que tratan de ser una profunda comunicación con Cristo en solicitud de Su ayuda espiritual, para seguir el camino fraterno del hombre en el mundo, que es la única forma en que el ser humano resulta un sujeto espiritual. Los modestísimos versos – versos de proletario de Dios, como nos quiere el Papa Francisco – van antecedidos de unas páginas sobre el nacimiento de esta humilde y colosal historia.