En Cuatro estaciones, un niño va relatando sus vivencias, sus aprendizajes, los sucesos que conoce, las costumbres que observa y todo cuanto pasa ante sus ojos y sus oídos durante los años sesenta y primeros de los setenta.
Los relatos, con sentido propio cada uno de ellos, tienen como hilo conductor la residencia de la familia en cuatro estaciones de ferrocarril (Montroig, Canfranc, Garciez y Jimena y Calamocha-Vega) repartidas por toda la geografía española en las que, como es obvio, los trenes ocupan un lugar trascendental.
En esos lugares se producirá el descubrimiento de la salud, la enfermedad y la muerte, del valor de la amistad, del papel de la escuela, de la religión, de la presencia de la política, del sexo…
Con todos esos elementos, unos materiales y otros intangibles, se irá modelando una actitud ante la vida que continuará fuera del mundo ferroviario y de este libro.