ESTAR EN DIOS es ser conscientes de la existencia de un DIOS ÚNICO, UNIVERSAL, que no entiende de religiones, políticas y dogmas impuestos, pues se entiende como un DIOS AMOR, una energía suprema y luminosa para toda la humanidad, de la que emanan las energías de sus ángeles, las virtudes, que, con su reconocimiento interiorizado y aceptación personal, motivarán en las personas que sus pensamientos, palabras y obras irradien con luz cegadora a los demás y a cuanto les rodea, convirtiendo sus acciones en AMOR AL OTRO, en AMOR SENTIDO, al ser transmitidas con verdadero espíritu de servicio.
ESTAR EN DIOS es comprender que el ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios, no en cuerpo físico, sino en esencia. Todos los seres humanos son iguales a los «Ojos de Dios», con un cuerpo que es distinto, pero no su ser interior, su esencia, que es igual para todos, independientemente del sexo (hombre/mujer), y es divina porque ese Dios Amor habita en ella.
ESTAR EN DIOS es reconocer que lo sagrado está en el corazón del ser humano, que no entiende de hombre, mujer o raza, y que a través de sus acciones va creando la espiritualidad sagrada por medio de la verdad, es decir, de las palabras y obras llevadas a cabo con honestidad, sencillez y justicia.
Palabras del Ángel
«Mirad a Jesús el Nazir, a Buda y a los otros Maestros del Espíritu; no enseñaron la Luz, al contrario, mostraron solo el camino para alcanzarla, pero rectificando cada cual en su cultura lo que no conducía hacia la Luz que ellos Sabían…»
«Ama a tus semejantes como a ti mismo te Amas… Nada de lo que no quieres que te ocurra debes sentirlo por los demás…»