El doctor Gonzalo Esnaola, biblista y arqueólogo aficionado, es un asiduo visitante de Tierra Santa, pero en el interior de su ser se desarrolla una constante e interminable pugna
Desearía una fe monolítica, sin fisuras, como de la que se han revestido los ascetas y los grandes santos de la Iglesia; pero, en el fondo de su alma, la duda respecto de la posible resurrección de Jesús de Nazaret le corroe de forma cruel e inmisericorde.
De manera totalmente accidental, descubrió en los alrededores de Jerusalén una tumba judía inequívocamente perteneciente al siglo I.
La cueva funeraria estaba sin violar, y en su interior descansaba el esqueleto completo de un varón crucificado con todos los mismos pormenores que se recogen en el Evangelio de Juan.
Al hilo de estos hechos, la quebradiza fe del protagonista sufre un mazazo absolutamente demoledor. Sin embargo, un inesperado giro de los acontecimientos, así como el paralelo concurso de una serie de tortuosas circunstancias, arrastran al protagonista a una vorágine de extraordinarios sucesos que le cambiarán la vida. Ya no volverá a ser el hombre de antes. La certeza de una vida ultraterrena le acompañará ya para siempre.
No le quepa duda, querido lector: usted, después de disfrutar y deleitarse con este trepidante relato, tampoco volverá ya a ser el mismo.