En el siglo I antes de Cristo se desarrollaron las guerras de los romanos contra astures y cántabros.
En esa época, una ambiciosa alcaldesa de un clan astur planea incrementar la influencia de su gens en el ámbito de la tribu. Para ello, urde un plan de actuación que la ayude a conseguir sus objetivos.
En ese contexto, nace dentro del clan un niño, hijo de una esclava, que crecerá inmerso en las costumbres astures hasta que las circunstancias lo llevan a ligar su vida a la metalurgia. Sin embargo, la irrupción de los romanos determina que deba abandonar sus sueños y mezclarse en la guerra que sus compatriotas tienen que librar contra el invasor para intentar sobrevivir en libertad.
Esta novela se desarrolla en un entorno despiadado donde las normas éticas actuales no tienen cabida. El desarrollo del argumento normaliza actuaciones que, en el mundo de hoy, son muy denostadas.
El autor comienza ambientando al lector en el desconocido mundo de la Edad de Hierro para luego desarrollar un argumento que plasma la realidad de una guerra donde los combatientes ponen en liza sus más brutales métodos y estrategias en un intento de sobrevivir o subyugar al enemigo.