¿Es acaso cierto que la condición humana, intrínsecamente bondadosa en su individualidad, se torna corrupta y perversa en cuanto se vuelve grupal? ¿Podría ser lícito plantearse la posibilidad de corregir los errores ajenos en un intento altruista de liberar a la humanidad de sus mayores desgracias? ¿Sería perdonable un acto monstruoso si este tiene la noble intención de liberar al mundo del mayor de los monstruos? En definitiva, ¿se justifican los medios por el intento de alcanzar un fin loable? ¿Sería posible cambiar la historia eliminando únicamente los acontecimientos que se pretende excluir? La novela toma como punto de partida un descubrimiento científico anhelado por la humanidad a lo largo de toda su historia: la posibilidad de viajar en el tiempo. Desarrolla un relato en el que el protagonista utiliza un viaje a un punto concreto en un momento exacto e intenta corregir el devenir de la historia. Sin embargo, al igual que el clima, las poblaciones animales, las epidemias o el mercado de valores, la historia de la humanidad también es un sistema caótico. Por ello, el aleteo de una mariposa en el desierto del Serengueti puede provocar un huracán en la costa de Bretaña.