«¡Que madre no hay más que una!» ¡Mentira y gorda!
«¡Amor grande, amor de madre!» Otra.
«No hay mayor amor que el de una madre.» Otra mentira más gorda.
«Amor de madre, ni la nieve lo hace enfriarse.» Ídem de lienzo.
«¡Amor de madre, que lo demás es aire!» Otra más.
«¡Casa sin madre, río sin cauce!» ¡Suma y sigue!
«De mujer que es madre, nadie mal hable.» ¡Sigue sumando!
«La amante ama un día, la madre toda la vida.» Y así sucesivamente…
El amor, como tal, no existe: se va construyendo. Lo que llamamos amor es el vínculo afectivo que se edifica a través de la convivencia. Es normal que en las familias surjan sentimientos de desagrado, incomodidad o, incluso, indiferencia entre madres e hijos. Algunas de las causas son:
- Expectativas incumplidas.
- Fallos de comunicación.
- Resentimientos no resueltos.
- Sentimiento de favoritismo.
- Frialdad emocional.
El autor se muestra crítico-crítico con la opinión universal sobre este tema, con el borreguismo y la falta de autocrítica, lo que equivale a nadar contra corriente.
Definición de verdad: «Conformidad entre lo que uno dice y su comportamiento.» Es decir: ¡MI VERDAD!
No hay más preguntas, lectores de mis entretelas, ¡jueces de mis palabras!
EL AUTOR.