Golpes de mano,
golpes de pecho,
golpes de porra,
golpes de Estado,
golpes de amor,
golpes de desamor
y,
de propina,
un palo
de ciego.
Más de un palo —y no solo de ciego— nos hemos llevado por la espalda alguna vez. Bien lo sabe Alonso Korominas, que recoge en este su primer volumen una selección de textos escritos a punta de navaja ácida y mordaz. Porque Palos de ciego pincha y te golpea a través de sus poemas. Por estas páginas desfilan cándidos, enamorados, anestesistas y algún que otro atolondrado. También, como en la vida misma, hijos de puta y vendedoras de participaciones preferentes, que vendrían a ser lo mismo. Korominas se abre paso entre la sátira, la crítica social y el existencialismo para brindarnos unos textos inteligentemente escritos desde ese humor tan suyo, tan personal, tan implacable. Menudo palizón.